lunes, 23 de octubre de 2017

EL VAR DE THALER


Parece que se impone el VAR nomás. Se trata del Video Assistant Referee, un sistema para revisar con tecnología las jugadas decisivas de un partido de fútbol. Pero como con cada nueva tecnología aplicada en todo dominio, nunca faltan los profetas conservadores que, mediante falacias varias, atacan los cambios al grito de... ¡me asustan los cambios!

Excusas, excusas

¿Cuáles son las excusas más comunes para negarse al VAR? La primera es que el sistema "hace perder tiempo". Es estrictamente cierto, y reconozco que las pausas en el fútbol son molestas. Pero esas pausas ¿mejoran o empeoran el nivel promedio del espectáculo? El descanso puede mejorar la elaboración de jugadas de ataque porque los jugadores están más frescos, pero también ayuda a la defensa, que está más lúcida y se puede reorganizar. A veces creemos que lo más emocionante de un partido de fútbol suele pasar cuando se termina el partido, pero no es claro si eso es porque se acaba el tiempo y el equipo que debe hacer un gol se la juega, o porque los jugadores están cansados. En cualquier caso, es obvio que la ganancia de un fallo justo supera cualquier molestia de espera, que hoy es de dos o tres minutos pero seguramente se irá reduciendo con el tiempo.

Otra objeción es que el sistema es injusto porque se aplica a algunas divisionales y ligas, y no en otras. Un concepto extraño de injusticia, ya que las condiciones de juego en las divisiones menores fueron siempre peores (estado del campo de juego, calidad arbitral, violencia interna y externa). Como los costos no creo que sean prohibitivos, se puede empezar en las divisiones y torneos más importantes para luego ir generalizando la aplicación.

Mis mayores dudas provienen de las modificaciones de reglamento que hacen que el deporte se vuelva históricamente no comparable, y esto es importante asegurarlo para bien de las estadísticas. Pero en este caso no parece haber mucho problema. Si la decisión hubiera sido la de, por ejemplo, repetir un partido viciado por una decisión injusta, otro sería el cantar. Pero revisar un fallo por tele equivale en la práctica a asumir que un árbitro simplemente "decidió bien". No cambia la historia.

Corrigiendo Sesgos

Lo bueno del VAR es que permite corregir errores sistemáticos. Si los errores de los árbitros fueran aleatorios, en el largo plazo se compensarían y más o menos ganaría casi siempre el mejor. Pero los árbitros cometen errores sistemáticos, por eso es necesario ajustarlos.

Primero, está bien documentado que, ante la duda, se cobra a favor del local. No es por vicio ni por arreglo, sino porque el ruido del estadio insta a definir (en ese segundo decisivo) a favor de la mayoría. El costo de una decisión equivocada en un estadio lleno contra el local es enorme, y se tiende a evitar naturalmente. Pero ahora el visitante puede reclamar y evitar esta injusticia sistemática. 

Un segundo problema, asociado al anterior, es que una vez cobrado era difícil volver atrás aun cuando el árbitro se diera cuenta de su error, lo que lo hacía sumar evidencias falaces para sostener su decisión. Es que volver atrás significaba reconocer una falla y una mala nota del tribunal arbitral de la AFA. El VAR le da al árbitro la posibilidad de corregirse sin tanto costo psicológico, y a la AFA de evaluar la calidad de la decisión definitiva y pensada, no de la apurada.

Tercero, y conectada con la anterior, las decisiones en décimas de segundo son obviamente mucho más erróneas que las pensadas y revisadas. Es la idea fundamental de Kahneman en "Pensar rápido, pensar despacio". Los periodistas deportivos cancherean criticando al árbitro y casi nunca emulan sus condiciones de decisión (inmediata, cansado, con presiones de todo tipo, etc, etc). Ellos piden repeticiones infinitas y luego entierran al árbitro. El VAR permite evaluar mucho mejor la tarea arbitral y separar los buenos de los malos jueces, de verdad.

Finalmente, las decisiones personales son siempre de menor calidad que las del grupo. Si hay un comité observando las repeticiones (algo de bajísimo costo), se puede implementar un sistema de decisión por votación que solo corrija a la del árbitro especializado que observa la jugada si este comité llega a un consenso unánime. Es un ejemplo, pueden haber otros sistemas, pero cualquier de ellos mejorará las decisiones arbitrales arbitrarias de los árbitros.


No podemos seguir haciéndonos los filósofos berretas llamando a respetar la falibilidad humana y esas pavadas antropocéntricas. Cuando nos favorece un error, nos parece divertido, pero cuando nos perjudica culpamos a la injusticia del sistema. Las decisiones equivocadas incluso pueden promovier la intolerancia y la violencia de gente desequilibrada. Dale, vamos al VAR y pasémosla mejor disfrutando de una cervecita artesanal mientras vemos videos de repeticiones de jugadas polémicas.





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