sábado, 15 de octubre de 2016

RODRIK: EL YERNO QUE TODA SUEGRA QUIERE (reseña de Economic Rules, de Dani Rodrik)

Resultado de imagen para dani rodrik economic rules

Un chabón de diez

Dani Rodrik es un tipo macanudo. El pibe que toda madre quiere que novie con su hija. El cuñado al que llamás cuando necesitás un favor. El amigo que nunca te falla.

Académicamente también es una joya. Inteligente a la vez que humilde, valioso teórico a la vez que juicioso pragmático, bien recibido por la mainstream a la vez que abraza una ideología progresista, profundo a la vez que claro en sus artículos.

Este dechado de virtudes de Rodrik se extendió recientemente cuando publicó Economic Rules, un libro dedicado a lo que los economistas generalmente no hacen: una revisión exhaustiva sobre qué hacen los economistas y sobre qué está bien y qué está mal en su disciplina. 

Reglas que mandan

El título ya está muy bien. Economic Rules significa "Las Reglas de la Economía", pero también "La Economía Manda". Traducción: el libro habla sobre la epistemología de la profesión, un tema desdeñado por la mayoría de los economistas, pero que tiene una enorme importancia práctica teniendo en cuenta que la economía es la disciplina social que, para bien o para mal, tiene la mayor influencia en los destinos del mundo.

El libro me gustó mucho y tiene un montón de cosas interesantes. Si bien es una excelente introducción al mundo de los economistas (sobre todo los teóricos) para no economistas, su lectura también permite a los propios economistas, incluso a los mejores, reflexionar sobre las causas y las consecuencias de su trabajo.

Diez mandamientos (para no economistas)

Una virtud especialmente destacable de Economic Rules es que es resumible. Rodrik escribió un decálogo para que los no economistas sepan en un segundo de qué va la cosa con la economía. Cual Moisés, Dos Tipos de Cambio recibió esos mandamientos y te los traduce gratis:

1. La economía es una colección de modelos sin conclusiones predeterminadas; rechace cualquier argumento en contrario.
2. No critique un modelo de un economista por sus supuestos; pregunte cómo cambiarían los resultados si ciertos supuestos problemáticos fueran más realistas.
3. El análisis requiere simplicidad; tenga cuidado con la incoherencia que se disfraza de complejidad.
4. Que la matemática no lo asuste; los economistas la usan no porque son inteligentes sino porque no son suficientemente inteligentes.
5. Cuando un economista recomienda, pregunte qué le asegura que el modelo subyacente aplique al caso que se discute.
6. Cuando un economista usa el término "bienestar económico", pregúntele como lo define.
7. Tenga en cuenta que un economista puede hablar diferente en público y en un seminario.
8. No todos los economistas rinden culto al mercado, pero ellos saben mejor que usted como funcionan.
9. Si cree que todos los economistas piensan igual, asista a uno de sus seminarios.
10. Si cree que los economistas son especialmente groseros con los no economistas, asista a uno de sus seminarios.

Varios mandamientos son muy buenos, pero los que no había pensado y me parecen geniales son el 3, el 6 y el 8.

Diez mandamientos (para economistas)

Pero hay más. Rodrik también armó un decálogo para los propios economistas. Las reglas de decencia académica de la profesión. A saber:

1. La economía es una colección de modelos. Apreciemos la diversidad.
2. Es un modelo, no el modelo.
3. Haz tu modelo suficientemente simple para aislar sus causas específicas y cómo funcionan, pero no tan simple para dejar afuera las interacciones clave entre las causas.
4. Todo bien con los supuestos no realistas, pero no con los supuestos críticos no realistas.
5. El mundo es casi siempre un segundo mejor.
6. Para trasladar un modelo (un mapa) al mundo real se necesita hacer un diagnóstico empírico explícito, lo que requiere más oficio que ciencia.
7. No confundir acuerdo entre los economistas con certidumbre acerca de cómo funciona el mundo.
8. Está bien decir "no sé" cuando te preguntan sobre la economía o las políticas.
9. La eficiencia no lo es todo.
10. Sustituir los valores del público por los tuyos propios es abusar de tu conocimiento.

De estos me encantan el 5, el 7, el 8 y el 10.


¿Y las críticas? ¿Dónde están las críticas?

Es inevitable que un libro que intenta divulgar contenga imprecisiones y faltantes, y esta no es la excepción. Pero la debilidad fundamental que le veo es que, como buen tipo que es, Rodrik piensa que todos los economistas tienen su mismo equilibrio y buena voluntad. El ladrón cree que todos son de su condición, y... el bonachón piensa que todos tienen su posición (ponele). 

Rodrik asume su propio homo economistus: el economista es un chabón sin intereses, honesto, que no le interesa fascinar a nadie con matemáticas abtrusas, que contribuye desinteresadamente a su ciencia y que está dispuesto a reconocer la diversidad de las ideas, sus errores y los modelos alternativos.

Y la verdad, no. Si querés fijate cuántos de los mandamientos para economistas respetan los tipos que hablan de economía en los medios, y vas a entender el punto.

Conclusión: a leer

Creo que mi mensaje fue suficientemente claro. Compren y lean este libro, porque es la mejor guía que conozco para que los no economistas comprendan la lógica de la teoría económica, y un ejercicio de reflexión obligatorio para los propios economistas, especialmente para aquellos que no pueden con su dogma.

Y si estos temas no te interesan, comprá el libro igual que Dani, el yerno preferido, se lo merece de buen tipo que es nomás.






2 comentarios:

  1. Otro libro a la lista de lectura...
    El punto 8 del segundo decálogo siempre me pareció la base de toda la diferencia entre la búsqueda de conocimiento y la búsqueda de poder: el "no sé" es un lujo que sólo se puede dar el que sinceramente busca conocimiento (no confundir con "la verdad"). Incluso en ámbitos académicos, donde supuestamente el objetivo es el saber, no se pueden arriesgar "no-ses" sin consecuencias indeseables. Ni hablar de lo que le pasaría a un político o a un economista en una posición de poder.

    ResponderBorrar
  2. Exacto, Ariel. Muy buena definición. El "no sé" como test de honestidad intelectual.

    ResponderBorrar